El concepto de que la enfermedad metastásica conlleva una supervivencia muy limitada y los tratamientos son poco efectivos ha cambiado en las últimas décadas. No siempre es una situación de mal pronóstico.
No obstante, esta afirmación no es universal. Existen tumores como linfomas, leucemias, tumores germinales que, o bien son diseminados de inicio, o lo son con mucha frecuencia, pero con el tratamiento apropiado son perfectamente curables.
Desde hace unos años, existen diferentes situaciones de la enfermedad metastásica y ha aparecido un nuevo concepto: El paciente con cáncer oligometastásico.
Esta situación se refiere a un comportamiento en que el tumor genera un número muy limitado de metástasis y en general de pequeño tamaño; que aparecen a la vez o en diferentes momentos en el tiempo.
Gracias a las nuevas pruebas diagnósticas como las diferentes modalidades de PET (Tomografía de emisión de positrones), además de las más clásicas como TAC, resonancia magnética, etc. es posible hoy en día determinar que pacientes pueden ser englobados como pacientes oligometastásicos.
La importancia de este concepto es la posibilidad de tratar a estos pacientes con radicalidad (tratamientos radicales), como son la cirugía y radioterapia, además de diferentes tratamientos sistémicos (quimioterapia, hormonoterapia, terapias diana o inmunoterapia), ofreciendo al paciente la posibilidad de supervivencias prolongadas con buena calidad de vida o incluso la curación.